¡A ti! ¡Sí, tú, chica! Eres una Reina. O una Princesa. O una Duquesa. Sois de la realeza, todas y cada una de vosotras, y os merecéis sentiros como tales. No importa de qué clase de vida vengas o cuál sea tu origen, definitivamente te mereces sentirte como un miembro de la nobleza de pleno derecho, al menos durante un día del año. El Día Internacional de la Tiara se celebra para recordarte que no necesitas una excusa (aunque ahora la tienes) para ponerte una tiara brillante por un día y salir por la ciudad. Este Día de la Tiara, ¡deja que brille la princesa que llevas dentro!
Historia del Día Internacional de la Tiara
En 2005 se creó un evento especial para coincidir con las Estaciones del Éxito de Barbara Bellissimo, y se organizó un evento que animara a las mujeres de todo el mundo (íbamos a decir «permitir», pero no necesitan permiso) a abrazar su belleza interior y llevar una tiara. Todas las mujeres merecen sentirse especiales y adoradas, y tras el éxito de este evento se decidió que se convertiría en un evento anual cada año. Da la casualidad de que también cae en el cumpleaños de la reina Victoria
Con demasiada frecuencia se llama a las mujeres vanidosas o egocéntricas cuando se toman un poco de tiempo para hacer las cosas que las hacen felices. Todo el tiempo se les dice que tienen que ser perfectas, y si se esfuerzan por conseguirlo se les dice que son falsas y que tienen que intentar ser humildes. El Día de la Tiara te anima a dejar todo eso a un lado, a cargar contra el mundo y a estar orgullosa de lo que eres, y a llevar tu Tiara con fuerza y orgullo
Cómo celebrar el Día Internacional de la Tiara
Una de las cosas en las que se hace hincapié es que la Tiara en cuestión no tiene por qué ser una tiara literal, sino que puede ser fácilmente tu propio sentido de la autoestima y el orgullo brillando mientras no dejas que nadie te pisotee en todo el día. Puede ser que te tomes un tiempo para ir al salón de belleza y arreglarte o comprar ropa nueva. Quizá montar a caballo te haga sentir como una reina y en la cima del mundo, o quizá ese caballo tenga dos ruedas y se llame Harley, y tenga un gruñido que haga sonrojar a un Pit Bull. Sea lo que sea, abraza lo que te hace sentir orgullosa, fuerte y reina y presume de ello ante el mundo
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