Para fomentar la igualdad y la diversidad en todo el mundo, la ONU introdujo el Día Internacional de la Tolerancia en 1996. Siguió al Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia, que fue en 1995, con el fin de observar sus enseñanzas anualmente.
No hay duda de que un mundo sin tolerancia no sería un buen lugar para estar. Quienes apoyan este día creen que un mundo así no debería existir nunca, y que todo el mundo tiene derecho a su expresión, a su religión y a su conciencia sin miedo a los prejuicios o al ridículo. Además, enseña que el origen racial o religioso de las personas es intrascendente para el potencial de tolerancia y amistad entre ellas.
La ONU define la tolerancia como el respeto, el aprecio y la aceptación de la diversidad de las culturas del mundo y de todas las formas de ser humano. Es un derecho humano que hay que recibir, y se debe esperar que lo practiquen no sólo los individuos, sino los grupos y los estados. Los derechos humanos son el núcleo de este pensamiento; como tal, apoya la noción de que la humanidad tiene derecho a vivir en paz.
El Día Internacional de la Tolerancia apoya la noción de que la educación es un factor clave para prevenir la intolerancia en toda la raza humana. En este día, se nos anima a educar y aprender a practicar la solidaridad entre grupos étnicos, sociales y culturales.
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