La gente hace chistes sobre todo: sobre las rubias, sobre los ciudadanos de todos los países del mundo, sobre los hombres, las mujeres, los niños y los adolescentes, sobre las culturas, la historia y la religión, sobre diversas condiciones o mentalidades humanas… Algunos de ellos son realmente divertidos, y otros son francamente crueles y ofensivos.
En particular, los chistes sobre discapacidades pueden ser muy mezquinos e hirientes para los que tienen esas discapacidades, así como para sus amigos y familiares. Y por eso existen tantos días de sensibilización sobre la discapacidad, para ayudarnos a comprender lo dura que es la vida de los discapacitados, incluso cuando sus discapacidades parecen relativamente menores. La tartamudez puede plantear verdaderos problemas tanto en la vida personal como en la profesional de quienes la padecen y se tarda años en controlarla, por no hablar de la cantidad de vergüenza y frustración que puede causar mientras tanto.
La historia del Día Internacional de Concienciación sobre la Tartamudez
La tartamudez ha sido objeto de interés para muchos médicos a lo largo de los milenios, y uno de los tartamudos más famosos fue el destacado estadista de la antigua Grecia, Demóstenes. Demóstenes, que vivió en el siglo IV a.C., no podía hablar sin tartamudear y a menudo sus compañeros se burlaban de él, lo que le llevó a tomar la determinación de controlar su enfermedad, sobre todo porque era un hombre extremadamente inteligente que tenía mucho que decir sobre la situación política de Atenas.
Una de las tácticas que utilizó fue la de practicar el hablar lo suficientemente alto como para que se le oyera por encima de las olas con guijarros en la boca, y tras mucho esfuerzo, lo consiguió. Otros personajes famosos que han tenido que lidiar con su tartamudez son el emperador romano Claudio, el primer ministro británico Winston Churchill, el icono de Hollywood Marilyn Monroe y James Earl Jones, cuya voz el mundo conoce como la del mismísimo Darth Vader.
En la época antigua y medieval, a menudo se recomendaban remedios a base de hierbas para la tartamudez, así como beber agua de una concha de caracol, y los más supersticiosos creían que la afección podía ser causada por hacer demasiadas cosquillas a un bebé o permitirle mirarse en el espejo. En los siglos XVIII y XIX se prescribían diferentes tipos de cirugías peligrosas para ayudar a corregir el habla de un tartamudo, desde hacer pequeñas incisiones en la lengua o los labios hasta extirpar las amígdalas, ninguna de las cuales era eficaz.
Hoy en día, se prescriben varios tipos de terapia de moldeado de la fluidez que ayudan al tartamudo a ejercer un mayor control sobre sus labios, mandíbula y lengua. También se ha demostrado que la simple disminución de los niveles de estrés y ansiedad del tartamudo mejora en gran medida el habla. Como último recurso, también se pueden recetar varios tipos de medicamentos, aunque su eficacia parece ser bastante limitada y con grandes efectos secundarios.
Cómo celebrar el Día Internacional de la Concienciación sobre la Tartamudez
La mejor forma de celebrarlo es leer sobre algunas personas con talento e influencia que han tenido que lidiar con la tartamudez, y el trabajo que hicieron para superarla. Si te apetece ver una película, «El discurso del rey» es un drama histórico ganador de un Oscar sobre el rey Jorge VI de Inglaterra y su logopeda, Lionel Logue, que trabajaron juntos incansablemente para vencer finalmente su discapacidad.
Si tienes hijos, este día es el momento perfecto para hablarles un poco de las vidas y las luchas de los compañeros así y con otras discapacidades que luchan con sus condiciones cada día. También puedes considerar la posibilidad de hacer un donativo a la Asociación Internacional de la Tartamudez para ayudarles a mejorar la vida de quienes no pueden permitirse un tratamiento.
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