De vez en cuando ocurre algo que tiene una importancia tan asombrosa que debemos levantarnos y reconocerlo. Debemos colocarlo en el pedestal que merece, y asegurarnos de que los preceptos y las políticas que establece se cumplen, se aprecian y se difunden hasta donde la voz humana pueda llegar. Este es el tipo de mensaje que envía el Día de los Derechos Humanos.
Historia del Día de los Derechos Humanos
El Día de los Derechos Humanos se estableció en 1948, y desde ese auspicioso día se ha erigido como el primer gran paso adelante para garantizar la protección de los derechos de todos los seres humanos en todo el mundo. Desde las necesidades humanas más básicas, como la alimentación, la vivienda y el agua, hasta el acceso a la información libre y sin censura, tales han sido los objetivos y las ambiciones que se establecieron ese día.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) fue un grito en todo el mundo por parte de los principales países del mundo, afirmando alto y claro que, independientemente de dónde vivamos, de lo que creamos o de cómo amemos, cada uno de nosotros es merecedor de los fundamentos más básicos de las necesidades humanas. Cada año, el Día de los Derechos Humanos celebra conferencias en todo el mundo dedicadas a garantizar que se persiguen estos ideales, y que los Derechos Humanos básicos de cada persona se convierten en una prioridad en el escenario mundial.
Cómo celebrar el Día de los Derechos Humanos
La primera y más importante forma de celebrar el Día de los Derechos Humanos es tomarse un tiempo para apreciar el efecto que esta resolución ha tenido en tu mundo y en tu vida. Mira alrededor de tu barrio y observa los efectos a escala local, las obras de caridad que se realizan para promover la salud y el bienestar de los menos afortunados.
El siguiente paso es salir a la calle y marcar la diferencia, ya sea simplemente haciendo un donativo a una de las docenas de organizaciones que trabajan con este propósito global, u organizando una campaña de donativos por tu cuenta para ayudar a esas organizaciones que luchan por el bien.
No pienses que tus gestos tienen que ser grandiosos, simplemente reunir lo suficiente para reunir un montón de paquetes de atención con necesidades sencillas y repartirlos entre las personas sin hogar de tu localidad puede contribuir en gran medida a apoyar esta causa. La necesidad es grande, pero está hecha de pequeñas acciones ilimitadas que pueden conducir a un cambio mundial en la calidad de vida.
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