¿Qué podría hacer que la fruta, comúnmente conocida como el caramelo de la naturaleza, supiera aún más dulce y sabrosa? Pues la adición de más caramelos, por supuesto
Las cáscaras de naranja confitadas son una forma excelente de aprovechar la sabrosa pero normalmente no demasiado sabrosa cáscara de la fruta de la naranja. Y lo que es más, son un tentempié súper sabroso y no necesitan ningún producto químico o conservante desagradable para su elaboración, ¡así que puedes hacerlas tú mismo en casa!
Así que, ¿por qué no iba a tener esta versátil delicia su propio día de celebración?
Historia del Día de la Cáscara de Naranja Confitada
Las cáscaras de naranja confitadas se han utilizado durante mucho tiempo como un delicioso añadido a los pasteles, por su economía al ahorrar la cáscara que normalmente se desecha y por ser un alimento fácil de conservar, ya que el azúcar que las envuelve también sirve para preservarlas. Esto es lo que las convierte en el complemento favorito de la despensa de cualquier pastelero.
El método de conservación de los alimentos mediante el azúcar y la miel es antiguo; de hecho, hay pruebas de que se utilizaba habitualmente en la antigua China y Mesopotamia para diversos pasteles y alimentos.
La cáscara confitada tal y como la conocemos parece que empezó en la cultura árabe, ya que los cocineros servían fruta confitada en los banquetes. Las frutas confitadas en su conjunto llegarían a Occidente, donde se convirtieron en la parte fundamental de algunos de los pasteles y dulces más conocidos de la tradición europea, como el Panettone italiano, que utiliza naranja y limón confitados en su mezcla.
Comúnmente, la cáscara se confita hirviéndola en agua azucarada y echando la cáscara en más azúcar antes de dejarla probar.
Cómo celebrar el Día de la Cáscara de Naranja Confitada
Si eres goloso, la cáscara de naranja confitada es el tentempié perfecto. Y como es tan fácil de hacer, ¡no hay excusa para no probar a hacer estas delicias azucaradas!
Sólo tienes que pelar una naranja, hervir la piel en agua azucarada, espolvorear con más azúcar y dejar secar. Normalmente se necesita la misma cantidad de azúcar que de agua, pero algunas recetas piden una cantidad diferente dependiendo de la cantidad de azúcar que se vaya a utilizar para espolvorear las tiras de cáscara.
Si no te gustan las cáscaras de naranja confitadas en sí mismas, utilízalas junto con otras cáscaras y frutas confitadas para hacer una tarta afrutada y deliciosa, o úsalas para espolvorear por encima de un postre para darle un toque dulce adicional. ¡Buen provecho!