La cafetera vacía en la sala de descanso… El tubo de cartón que cuelga del portarrollos del papel higiénico, dejado sin atender y sin cambiar por quien lo dejó desnudo. Un cartón de leche vacío colocado de nuevo en el frigorífico, o uno al que sólo le queda el más mínimo hilillo de leche en el fondo. ¿Qué hay de esas personas que miran a una mujer embarazada que sube a un autobús sin asientos y se niegan a compartir ese asiento con ella? El Día de la Cortesía Común es tu oportunidad para volver a centrarte en tu propia cortesía común, así como para fomentarla en los demás.
Historia del Día de la Cortesía Común
Admitámoslo, la cortesía común nunca ha sido tan «común» como algunos quieren hacernos creer. Sin embargo, con cada generación que pasa, la anterior está segura de que la cortesía común está desapareciendo por completo del mundo. Verdaderamente, los mayores miran al pasado con gafas de color rosa, y su visión es quizá imperfecta por ello.
Sin embargo, sólo hay una cosa que puede hacer realidad la edad de oro de la cortesía que todos afirmamos que existía «cuando yo tenía tu edad», y es la concienciación de la cortesía común como algo necesario para el mundo.
Ésa es la razón por la que surgió el Día de la Cortesía Común, para que todos podamos difundir el evangelio de la cortesía que creemos que debe contener el mundo. A fin de cuentas, de eso se trata, ¿no? El día en que por fin veamos que la cortesía común se convierte en algo realmente común es el día en que la exhibimos nosotros mismos y así la transmitimos como concepto a los demás.
Aunque no te equivoques, la cortesía común a veces no es común debido a que los detalles de lo que constituye la «cortesía común» cambian de una región a otra, y de un país a otro. Tal vez la verdad sea que la cortesía común no es común simplemente porque no existe una línea de base universal.
Cómo celebrar el Día de la Cortesía Común
En realidad es bastante sencillo: sea cual sea tu concepto de cortesía común, aprovecha el Día de la Cortesía Común para encarnarlo. Esfuérzate en ser consciente de cómo tratas a los que te rodean, e incluso a los que pueden venir mucho después de que te hayas ido. Al fin y al cabo, es poco probable que la próxima persona que use el baño esté junto a ti en el momento en que se acabe el papel higiénico.
La persona que llega un poco tarde puede no tener tiempo de preparar una nueva cafetera en la sala de descanso, y ese pequeño consuelo puede ser lo que convierta un mal día en uno bueno. El Día de la Cortesía Común es tu oportunidad para empezar a ser el cambio en el mundo que deseas ver.
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