Has oído hablar del Día del Padre y del Día de la Madre, pero ¿qué pasa con el Día del Niño? Puede que pienses algo parecido a «¿no es eso todos los días?», pero la realidad es que los padres están siempre muy ocupados y rara vez tienen la oportunidad de sentarse y disfrutar de un día en familia con sus pequeños. De eso trata el Día de la Celebración de la Vida: de reservar tiempo para pasar con tus pequeños.
De vez en cuando, es una buena idea tomarse un tiempo libre para reenfocarse. Se trata de dar un paso atrás y mirar tu vida desde una perspectiva diferente para poder apreciar todo lo que tienes, ¡incluidos tus hijos! Cuando te alejes del ajetreo de tu trabajo y consigas por fin asentarte y reflexionar sobre tu pasado con tus hijos, empezarás a darte cuenta de lo afortunada que eres por tener hijos.
Te recordará lo especiales que son tus hijos y hasta dónde estarías dispuesta a llegar para protegerlos y asegurarte de que puedan vivir una vida cómoda y sin estrés. Seguro que con el tiempo les dejarás libres y se convertirán en su propia persona, pero incluso cuando se muden, eso no rompe el vínculo que tienes con tus hijos.
El Día de la Celebración de la Vida consiste en mirar la vida de tus hijos y recordarte todas las cosas de las que deberías estar orgullosa. Ya sea el dolor del parto o la frustración de mudarse a una nueva casa, hay muchos retos por los que se pasa para tener hijos.
Hay muchos más retos a los que enfrentarse en el futuro, pero por ahora, puedes sentarte y admirar todo el trabajo duro que has realizado en la vida de tu hijo hasta este momento y celebrar tus logros, pero también dedicar algo de tiempo a recordar y establecer vínculos con tu hijo.
Con el ajetreado estilo de vida que tienen los padres hoy en día, es difícil pasar tiempo de calidad junto a tus hijos. Esto hace que el Día de la Celebración de la Vida sea un momento perfecto del año para reservar unos días libres y así poder centrarte en tus hijos y hacer de ellos tu principal objetivo en lugar de tu trabajo.
Historia del Día de la Celebración de la Vida
El Día de la Celebración de la Vida tiene sus raíces filosóficas en la práctica de la gratitud, una tradición que se remonta a milenios atrás. Al envejecer, te das cuenta de que el propio acto de vivir es un reto. Las personas luchan a lo largo de su vida, teniendo que superar los obstáculos que se interponen en su camino. A veces parece que la existencia es poco más que un ejercicio de resolución de problemas. Con el tiempo, la gente está agotada por la vida y anhela una mejor en la que no tenga que soportar tales dificultades.
La filosofía de la gratitud, sin embargo, intenta evitar esto. La idea es que todos deberíamos agradecer un poco lo que tenemos en lugar de centrarnos en lo que nos falta en nuestras vidas. Incluso las personas que se encuentran en situaciones extremas pueden encontrar consuelo simplemente agradeciendo todo lo positivo que hay en sus vidas.
La historia de la gratitud tiene orígenes religiosos. Prácticamente todos los principales credos destacan su importancia para mantener la mente sana. Las personas agradecidas suelen estar más contentas con sus vidas y más dispuestas a celebrarlas. Las investigaciones demuestran que están menos estresadas, menos deprimidas y tienen relaciones sociales más satisfactorias.
Los niños son una de las cosas por las que la gente está más agradecida en su vida. Son una fuente de gran alegría y emoción. Estar agradecido por la nueva vida que has traído al mundo es una buena práctica, aunque a veces tengas ganas de tirarte de los pelos.
Cómo celebrar el Día de la Celebración de la Vida
El Día de la Celebración de la Vida consiste principalmente en pasar tiempo con tus hijos y conectar con ellos, independientemente de lo lejos que estén o de lo adultos que sean ahora. Sin embargo, también es una oportunidad para que te relajes y recuerdes las sencillas alegrías que ya no puedes experimentar como adulto. Ya sea la emoción de recibir un juguete nuevo de tus padres o la libertad de no tener que preocuparte por las hipotecas y los impuestos, es una oportunidad para reflexionar sobre esas pequeñas cosas de la vida que ahora raramente experimentamos.
Crear una lista de todas las cosas por las que estás agradecido es una de las mejores formas de disfrutar del Día de la Celebración de la Vida. No tiene que ser nada extravagante, sólo pequeñas cosas que das por sentadas en tu vida ordinaria. Cosas como «tener un techo sobre mi cabeza» y «tener buena salud» son elementos valiosos que puedes incluir. Intenta meditar sobre todas las razones por las que vivir tu vida es algo bueno. Apaga las voces de tu mente que intentan deprimirte. Al fin y al cabo, la vida debe ser una alegría y una diversión. Los aspectos negativos no deben interponerse en el camino.
Otra cosa que puedes hacer es volver a ver algunas de las cosas con las que disfrutabas cuando eras un niño. Los adultos pasan gran parte de su vida haciendo cosas de «mayores», como el trabajo, las tareas, las finanzas y las redes. A veces, olvidamos por qué hacemos todas esas cosas en primer lugar. En última instancia, no es por su propio bien. Es para que podamos liberarnos para divertirnos.
Piensa en las actividades que te gustaba hacer de niño y date el gusto de hacerlas en ese día. Cosas como montar en bicicleta, saltar a la cuerda o jugar a los videojuegos pueden ayudarte a recordar otros tiempos. Divertirse es algo que se hace por sí mismo. Te permite sumergirte plenamente en el aquí y el ahora, sin preocuparte continuamente por el futuro.
Por último, puedes intentar disfrutar de tu día ideal, sea lo que sea que signifique para ti. Puede ser subir una montaña o sentarte frente al televisor con una deliciosa pizza.
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