Hay un hombre, como siempre hay un hombre (o mujer), que es responsable de todo lo que hoy damos por sentado. Ni él ni nosotros podríamos haber visto los efectos a largo plazo de lo que hizo, pues tuvieron que venir muchas cosas después para que lo que él diseñó llegara a suceder.
La creación del «telégrafo sin hilos» ha cambiado totalmente el mundo, y fue necesario un dentista estadounidense en 1886 para ponerlo todo en marcha. El Día de Loomis celebra a Mahlon Loomis, un humilde dentista de Washington DC que creó algo increíble y cambió el mundo.
Historia del Día de Loomis
Como ocurre con muchas cosas, la historia del Día de Loomis es, en realidad, la historia de un hombre y de un acontecimiento, y de cómo cambiaron el mundo en el futuro. Mahlon Loomis era un dentista del siglo XIX que tuvo una idea que no tenía nada que ver con los dientes. Conocía las propiedades eléctricas de la atmósfera y, al igual que Tesla, había concebido una idea para transmitir la electricidad a través del aire a un lugar lejano. Su idea estaba, tal vez, un poco desviada. Pensó en «cargar» una capa de la atmósfera para crear un conducto eléctrico entre dos torres metálicas situadas en lo alto de las montañas (¿te suena?).
Lo que nos parece interesante de todo este proceso es que, al final, la mayoría, si no todas, las teorías de Loomis sobre el funcionamiento de la atmósfera y, de hecho, sobre el funcionamiento de su propio aparato eran completamente erróneas. Loomis pudo transmitir con éxito información de un lugar a otro, pero las razones por las que funcionaba no eran las que él profesaba. Pensó que dos cometas, aunque estuvieran separadas por muchos kilómetros, voladas a la misma altura, podrían establecer un circuito de corriente continua a través de la ionosfera y transmitir así la información. Los resultados fueron exactamente los que él esperaba.
Sin embargo, la razón era completamente errónea. Sabemos que su idea de crear un circuito eléctrico a través de la corriente continua no funcionaría tal y como la describió, lo que probablemente ocurría es que, dado que las cometas estaban a la misma altura, los «cables de la cometa» que se utilizaban para transmitir y recibir información serían, por tanto, del mismo tamaño. Esto significa que la señal enviada desde la cometa transmisora estaría en la frecuencia correcta para ser recibida en el otro extremo. En resumen, funcionaba, pero no como él pensaba.
Cómo celebrar el Día de Loomis
La mejor forma de celebrar el Día de Loomis es tomarse un poco de tiempo para considerar la forma en que el descubrimiento de este hombre ayudó a dar forma al mundo en el que vives hoy. La televisión, la radio e incluso tu señal Wi-Fi se envían a través de medios inalámbricos, gracias a la tecnología que descendió de un hombre que estaba en la cima de una montaña con una cometa y un trozo de cable como cuerda.
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